Ingeniería neuromórfica: la innovación de la computación
Innovación

Ingeniería neuromórfica: la innovación de la computación

Desde la década de 1950 comenzó a popularizarse en el mundo la inteligencia artificial, una corriente científica y tecnológica que daba cuenta de la posibilidad de que las computadoras puedan aprender del mismo modo que aprenden los seres humanos, y de esta manera, entregar respuestas eficientes a problemas complejos mediante múltiples soluciones en situaciones cambiantes, utilizando modelos matemáticos.

Dentro de esta misma corriente, a principios de la década de 1980, surgió un nuevo concepto -acuñado por Carver Mead en el Instituto Tecnológico de California (Caltech, Estados Unidos)- que más allá de brindar soluciones rápidas y acertadas, permite simular gracias a los sistemas informáticos el funcionamiento de redes neuronales, tal como lo hace nuestro cerebro.

Hablamos de la ingeniería neuromórfica. ¿Conoces de qué se trata? En Nación Virgin te entregamos los detalles más importantes de esta innovación que promete revolucionar el campo de la informática. 

¿Qué es la ingeniería neuromórfica?

La ingeniería neuromórfica se considera una innovación dentro de la inteligencia artificial, encargándose del diseño y fabricación de sistemas computacionales que imiten la estructura neurobiológica que conforma el sistema nervioso humano. 

Su objetivo es poder combinar la implementación de diferentes sistemas informáticos, mediante la creación de chips artificiales analógicos y digitales, con alta capacidad de procesamiento de datos, que puedan imitar el funcionamiento de las neuronas y así ser capaces de procesar la información tal como lo hace un cerebro orgánico.

¿Qué aplicaciones tiene este tipo de ingeniería?

La innovación que trae la ingeniería neuromórfica es perfectamente aplicable en tecnologías que puedes usar en tu vida diaria, representando varias mejoras que simplifican procesos y resuelven problemas:

  • Diseño de sistemas relacionados con el “Internet de las Cosas” (IoT).
  • Sistemas neuromórficos para la memorización y aprendizaje continuo.
  • Implantes para personas con déficit de audición (implantes cocleares).
  • Desarrollo de prototipos en el campo de la rehabilitación y el análisis visual adaptativo, para el procesamiento y entendimiento de imágenes en tiempo real.
  • Sistemas autónomos integrados a computadores para resolver problemas de percepción o realización de tareas sensoriomotoras.
  • Sistemas neuromórficos para dar “vida” a robots zoomórficos y humanoides.

¿Cuál es el futuro de la ingeniería neuromórfica?

En la actualidad, hablar de un avance significativo de la ingeniería neuromórfica a corto plazo sería entrar en el campo de la especulación, de hecho, algunas de sus aplicaciones se encuentran todavía en fase de desarrollo y es posible que no salgan a la luz hasta dentro de muchos años más. Sin embargo, lo anterior no quiere decir que no pueda ser una realidad.

Día a día, los avances en tecnología que involucran esta disciplina dan cuenta de que nos acercamos cada vez más a una sociedad en donde esta ingeniería pueda ser ocupada al máximo de su potencialidad.

Hace 20 años, la ingeniería neuromórfica parecía ser apenas una ilusión, pero ya en 2019, por ejemplo, se conoció sobre la creación de un sistema neuromórfico de 8 millones de neuronas “que aplican los principios de los cerebros biológicos a las arquitecturas informáticas”, resolviendo con mayor rapidez problemas complejos.

¿Qué hace falta para ver más avances como este? Quizá no demasiado.